Antes de hacer este trabajo, yo me preguntaba sobre Primo Lévi, ya que en su libro “Si esto es un hombre”, al leerlo yo pensé que resaltaba y se centraba sobre todo en lo que estaban haciendo los que sobrevivían. Para mí, dentro del horror era un “superviviente nato” Pero yo sabía que al final de su vida se suicidó y esto me planteó la pregunta, si realmente se pueden curar esas heridas o es un imposible. Por un lado, nuestra cultura se basa en la prohibición de la violencia, del asesinato, del incesto, del canibalismo,.., es decir, en reprimir las pulsiones. Por otro lado, lo que nos diferencia “los soldados volvían mudos de las trincheras, no volvían enriquecidos de una experiencia compartible y comunicable, sino mudos…”. “Trauma” en griego significa “herida” y tre(mat) es “agujero”. El trauma psíquico es cuando ante un hecho, un acontecimiento, hay algo que nos sobrepasa, se nos hace insoportable y nos produce un tremendo dolor, tanto dolor que no podemos ponerle palabras, no encontramos una explicación que dé cuenta de lo que ha pasado. Esto hace que la situación traumática sea irrepresentable, por lo que tampoco podremos pensarlo, ni elaborarlo psíquicamente. Entonces, difícilmente seremos capaces de reaccionar adecuadamente,ni siquiera podremos responder.Sentiremos angustia, horror, miedo, asombro, indefensión, desamparo, es decir,un sufrimiento psíquico insoportable, que producirá silencio, vacio y se evidenciarán “agujeros” en su relato. Entonces estamos en otro registro que precisamente no es el de la palabra, y que nos condena a la repetición y nos obligará después a hacer un trabajo psíquico continuo, repetitivo para intentar integrar aquello que antes no se ha podido (se está en un bucle). Como ha sido cortada la vía de escape de la palabra, que pueda dar cuenta de ese horror, quedan solo dos posibles caminos: ó lo expresamos a través del cuerpo(por ejemplo, aparece o se agrava una enfermedad, o una psicosomática) o se actúa ( desde un pasaje suicida, violencia física, huidas, accidentes reiterados, fracasos, Vemos que ante una misma situación traumática, unas personas se hunden y otras personas salen adelante. Yo creo que es muy importante como se ha vivido antes del trauma, ya que esto hace que tomes el camino del silencio, que daña a la persona, o que tomes el camino de la palabra, de la simbolización, que permite que la persona pueda salir adelante.Si ya a una persona le cuesta mucho salir adelante,o no sale, solo por el hecho de no haber sido querida por los padres, esto deja una huella para todo la vida, entonces, un genocidio…Por ejemplo, en el libro de Primo Lévi, él mismo se define claramente, no como superviviente, sino como un resucitado; si, pero resucitado es una persona que ha muerto y vuelve a la vida. Él no era una persona físicamente fuerte, era un intelectual, pero él sobrevivió y hay miles de personas que murieron en ese Lager. Una persona que ha padecido esta situación ¿ Puede sobreponerse a ello? ¿ O es la sociedad la que tiene que hacer que se curen las heridas? ¿ Se puede convertir lo traumático en algo pensable, soportable? Por ahora todo esto que hemos hablado , es a un nivel individual, ,pero ¿Qué efecto tiene en las relaciones sociales? Ellos no puede elaborar el duelo, sus ideales se han hundido, hay una destrucción del vínculo social ( no comunicación,…) y afecta a las funciones parentales (por ejemplo, muchos no querían ser padres, por lo tanto afecta a la transmisión).. Además sabemos que la dificultad para elaborar el duelo se transmite a las generaciones siguientes. Cuando se instaura un estado dictatorial, ya no se permite pensar, ya no hay lugar para que cada uno tenga su propio punto de vista, hay una verdad monolítica. Hay un cambio de estructura de poder, pero también en el estatuto de la palabra, ya que pierde su multiplicidad de sentidos, se proscriben y se tergiversan palabras ( como matar, que estaba proscrita y se hablaba de la “solución final”; hablaban de “acciones de traslado”; “el pasillo”, “el lugar de clasificación”, se prohibía todo….. ( Claude Lanzmann , “Shoah”). La violencia del Estado es un ataque a la palabra, al pensamiento y a la cultura ( a todo lo que nos caracteriza como seres humanos) Además, en el genocidio, en la guerra, en los campos de concentración, en la desaparición de personas, la tortura, la prisión arbitraria , no sólo afecta a las propias víctimas, sino que daña. hacen enfermar a esa sociedad y esto afecta a varias generaciones. Dice René Kaës: “ESTE HORROR SE TRANSMITE. Cuando no hay elaboración ni representación de la violencia sufrida, se produce una ruptura y una pérdida de transmisión de la historia familiar y social, y el horror se inscribe, como un exceso innombrable, en el psiquismo de los padres, en el cuerpo y en las GENERACIONES SIGUIENTES. Igual que es muy dañino para la persona y para la sociedad el silencio, planteamos el trabajo de reintegrar la palabra a su circuito, tanto a nivel personal como social. Para mí la dificultad reside en que se pueda poner palabras, a todo ese horror ,y ya cuando éstas empiezan a circular, ya entra en el circuito del tiempo lógico, que ahora os voy a comentar. Lacan, habla de que hay tres tiempos lógicos, que es el instante de ver, otro que es el tiempo de comprender y el último que es el de concluir. Una cosa es el tiempo cronológico y otra es el tiempo lógico (ver, comprender y concluir), que son muy diferentes en cada persona. Cada uno tiene “su tiempo” para poder superar una situación, pero lo que es imposible es una superación, si ello es posible, si antes no se ha hablado de ello, luego cada uno necesitará su tiempo lógico ( unos más y otros menos) para elaborar y concluir, es decir, cerrar la herida (que implica que se ha podido superar esa situación, se ha concluido y entonces sí se puede olvidar). Ahora es cuando la persona puede continuar su camino. Yo me pregunto, esta elaboración de aquello que ha sido traumático para la persona ¿ Se puede hacer uno a uno? ó ¿ Implica un trabajo social?Aquí no sirve el “borrón y cuenta nueva”, o “el no pasa nada”, no es posible olvidar sin que haya habido un momento anterior de haberlo hablado. Las víctimas de las guerras han pasado el testigo , sobre todo a familiares de las siguientes generaciones,de continuar la tarea para poder pensar y elaborar el trauma, ya no solo en el plano personal sino, sobre todo en el social, para que así pueda cicatrizar verdaderamente la herida.La verdad histórica, para él, no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedió. Es decir, habla de la verdad histórica como una ficción. Dice M. Cruz Estada en su trabajo “Supervicencia”: ”Sin embargo hay personas que ante estas fortísimas emociones que dañan, cuentan con herramientas psíquicas que les permiten desarrollar estrategias que les ayudan a superarlas. Son personas que, sin necesidad de olvidar, desarrollan una apuesta por la vida que les hace volver a tener deseo por las cosas, consiguen mantener un ideal, o un objetivo que alcanzar fuera de ellos y hacia el cual se proyectan, que es lo que les da alegría y les ayuda a vivir. Pero para ello lo primero que tendrán que hacer es salir de la posición de victima. En efecto, el victimario cosifica a la víctima y ésta, ante eso, tiene dos recursos: aceptar la cosificación como manera de alargar el tiempo hasta poder escapar, cuando la relación dura como en los campos (e incluso encontramos tanto en los testimonios como en la literatura o en el cine, víctimas que llegan a enamorarse de su carcelario como modo inconsciente de sobrevivir., pero también poder salir de la identificación con esa posición de víctima. ¿ Qué podemos hacer para no caer en esta posición de víctima?